Las Peores. (no, las siluetas no son de ellas)

Después de tanto tiempo, vuelvo con algo para alegrarles la vida, si bien la noticia no es que dejo de escribir para LIA, voy a tratar de alegrarlos un poco, habrán notado que las chicas de LasPeores nos hicieron un grandioso Reportaje a mi y a Andrés “Lupinho Wolfi” Olivera que en este momento debe estar siendo violado repetidas y simultaneas veces por mulatos brasileños que no pueden parar de bailar y darle masa. Muchos de ustedes se preguntan que hago en esta pagina si tengo menos gracia que Lita de Lazzari en una verdulería, la respuesta de eso la van a encontrar en el reportaje, pero la verdad es que se, en el fondo de mi corazón que por lo menos a uno le dibujo una sonrisa, y eso es lo que me hace seguir adelante. Dicho esto, vamos a pasar al tema que nos compete (no, no intente hacer ningún chiste).

Mi niñez como la de muchos de ustedes, fue bastante traumática, mis padres se divorciaron cundo yo tenia 6 meses de edad, y las visitas que le hacia a mi padre duraron hasta los 7 años que me pelee con el, debe ser por eso de no tener padre, y porque siempre fui un flacucho que siempre fui un verdadero maricón, pero no un maricón cualquiera, no un maricón que le gustar lustrar el sable de los demás, un maricón que le tenia miedo a absolutamente todo, a esa edad cuando venia una chica amenazando de pegarme, me ponía a llorar como una niña a la que el gato se le trepo a un árbol, y el hermano y se lo baja a gomerazos.

En el punto rojo vivia yo (click agranda la img)

Como muchos de ustedes sabrán, mi apellido puede ser un poco “Digno de Cargar” y mas para los chicos de la primaria, que saben hacer de eso un monótono día a día, eso me convirtió en el centro de atracción de los chicos de la primaria los cuales a medida que yo me paraba de enojar porque me cargasen, me agarraban y me daban una buena paliza al grito de “te voy a dar no calentarte por que te cargo”, mucho sufrí en la época de la primaria, las chicas no me daban bola porque yo era el “maricón” de la clase, en 7mo grado los chicos de 4to se me reían en la cara y cuando me quería defender, venia un compañero mío y me cagaba a patadas, en fin, no fue fácil para mi superar ese obstáculo en mi vida.

En la secundaria, las cosas no cambiaron mucho, de hecho en primer año el preceptor el primer mes tardaba 2 minutos mas en tomar lista, porque cuando llegaba a mi apellido, todos, TODOS mis compañeros Y mi preceptor se cagaban de risa y hacían chistes, fue sino hasta 4to año, que todo cambio, cuando se incorporo a mi clase una persona que cambiaria todo para siempre, ese fue Matías, Matías tenia ese algo que defendía mi honor, tenia esa aura que al estar cerca mío desviaba todas las cargadas, Matías fundamentalmente…se llamaba Matías Dall’Orto, dado que este pobre muchacho tenia un apellido evidentemente mas gracioso que el mío, pude terminar la secundaria tranquilo.

Eso porque les hablo del colegio, en el barrio la ventaja que tenia era que mis amigos no tenían porque saber mi apellido, si bien lo sabían porque varios de mis amigos eran compañeros de colegio también, pero en el barrio las cosas eran distintas, simplemente me cagaban a patadas jugando a la mosca, o sino simplemente a la mancha “te cago a piñas” que consistía en agarrar a uno y cagarlo a piñas hasta que se le de a uno la gana. Por alguna razón siempre se la agarraban conmigo y siempre estaba lastimado, fue hasta los 12-13 que por alguna razón ya no teníamos esos juegos y hacíamos cosas más de “Vándalos”*.

El club con menos hinchas, yo fui uno de ellos

Para que se ubiquen (los que tienen el don de conocer la capital federal) yo vivía en Villa Lugano, yo señoras y señores, fui socio del club Yupanqui, el club con menos hinchas de la argentina, yo iba a la pileta del Yupanqui y me tiraba en pelotas a las 12 de la noche (no, mis amigos no me cogían, se pueden quedar tranquilos), eso fue durante varios días, hasta que un día cayo la cana, y me corrieron en pelotas 2 cuadras, claro que en esas 2 cuadras, les saque suficiente ventaja, y no tuve mejor idea que tirarme en el pasto atrás de los arbolitos de una vecina, ahora que recuerdo ese día, yo, soy un genio, estaba en pelotas, mojado y me tire en el pasto/barro, no creo que ni haga falta que les cuente como quede, por lo menos no fui en cana. Después de unas horas, todos volvimos al club a agarrar nuestras ropas (con otras ropas puestas claro esta).

Aparte de eso, a una cuadra de mi casa, estaba la autopista Richieri, y justo en la calle Piedrabuena, hay un puente que la cruza, yo vivía a una cuadra de ahí y siempre íbamos con mis amigotes armados de nuestros ruleros y las bolillas de sésamo creo que son (nunca supe el nombre de ese árbol) y a cada auto que pasaba, altos bolillasos les tirábamos, mas de uno paraba en la banquina y nos corría como puta, pero nosotros con nuestro aire juvenil, nos mandábamos a mudar entre las casas y no nos encontraban mas.

Yo no fui…..

Después de haber pasado por esas cosas en mi niñez muchas veces yo mismo me pregunto como es que todas las personas que conozco me dicen que soy una buena persona, una persona leal, una persona con clase y estilo…. Muchas veces no entiendo como dicen que soy, de hecho, una persona. Pero lo que veo, es que por lo que me describí, sigo siendo un gran maricón.

*Los que me juzguen por mis actividades vandálicas juveniles, tengan en cuenta que nunca rompí un parabrisas y los chicos ahora tiran piedras para romperlos, cagar a cuetazos al dueño del auto y robárselo, lo nuestro era inocencia pura.

This entry was posted on Wednesday, February 18th, 2004 at 5:47 pm and is filed under Updates. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.