Volví con todo. |
CHE MAN…. TANTO BARDO PORQUE FINIQUITO TU GATO????
DEJATE DE JODER…. HACE UNA BANDA Q NO ESCRIBIS ESCUDANDOTE EN ESE ANIMALITO QUE DEBE ESTAR MEJOR AHORA QUE CON VOS….
CUANDO FALLECIO MI SEÑORA (UN JUEVES) ESO NO GENERO EXCUSAS PARA QUE EL SABADO VAYA A JUGAR AL GOLF COMO SIEMPRE, NI PARA SUSPENDER EL TORNEO DE PLAY DE LOS DOMINGOS…..
MEDIA PILA MAN…..
CHARLIE
Ese mail cerró mi quincena con un moño. Y que quincena. Luxación de tobillo. Principio de hematoma en la pantorrilla izquierda. Frutillas varias en el costado derecho. Moretones y raspaduras en el brazo. Me duele el culo al sentarme, caminar, respirar o estar vivo. Ah, y tengo traumatismo de cráneo. Podemos decir sin embargo que el más herido sería el ego: en 15 días, no menos de 5 minas evitaron terminar en mi cama, dos de ellas no sin antes decirme “Jajaja, es posta lo tu página, ¡vos no la ponés más!”.
Bienvenidos a La Internet Apesta, donde cuanto más cambian las cosas, más se mantienen igual.
Antes de seguir, permítanme segregar a mi público: si tenés menos de 18 años andate por favor. No es por proteger al menor, es por protegerme a mi. No quiero leer más mails escritos por párvulos que asesinan mi idioma y están desesperados por firmas como si quisieran pasar una ley. Habiendo dicho eso y eliminando el 93% de mis lectores, continuo con mi relato.
No llevaba más de dos meses en mi nuevo laburo, cuando mi compañero El Atorrante Intelectual le decía a las chicas presentes: “Lupine es uno de los tipos más graciosos y más vírgenes que conocí en mi vida”. Y bueh, ¡si me presentan así como voy a coger! Pero tengo que ser justo: esta frase terminó cobrando una veracidad insospechada. A los casos me remito.
Caso Primero: Marcia
Nivel de somnolencia: Mezcladito de Valium.
Era miércoles a la madrugada cuando me encontraba bastante mamado en la puerta de un restaurante de puerto madero. Acababa de tener una cena con toda la empresa con motivo de la “entrega de premios”, ese tipo de ceremonias que sirve más que nada para ver a tus compañeras en vestidos largos y culpar al alcohol por cualquier cosa. Dado que teníamos que laburar al otro día, la joda había terminado pero no para todos: dos clientes extranjeros, que por alguna razón de lobby estaban invitados, no pensaban terminarla ahí y se querían mandar al casino flotante. Yo no tenía un peso pero me dije “hago buenas migas con los yanquis y se armo el smowing”.
Caímos al Casino y como soy un pollerudo y no quería que me vengan al otro día con un “Como que te fuiste al casino y no me contaste nada?”, tuve que hacer el llamado de rigor. “Estoy en el casino, puto” le dije a Bicho. “Que hacés ahí?” preguntó él, que estaba de visita en Argentina esa semana. “Vine con unos yanquis locos a ver si les doro la píldora un rato y me dan plata. Le voy a tener que jugar al siete”, dije haciendo el chiste fácil. Tras una charla no más interesante que eso, corté y entré.
El lugar explotaba de gente, algo raro para un miércoles a la noche, pensaba yo, pero agradable de cualquier manera. Daba la impresión que era un sábado. Tenía 20 pesos y mucha sed, así que arranqué con unas cervecitas. Tenía 2 tubos de vino encima por lo que no tardé mucho en recuperar la carrera. Con los últimos 10 pesos pedí fichas, me acerqué a la ruleta, me acordé de jugarle al 7, le jugué a Negro, y salió el 7. Acababa de perder la oportunidad de ganar 360 mangos. Me dije “Bueh, igual no le iba a jugar. Es como decir que en esa mesa sale el 32”. Salió el 32. Listo. Me voy a mi casa.
Estaba saliendo del lugar cuando de repente vi a algunos compañeros. “Y bueh, me quedo un rato más” pensé. Me senté en la barra y de repente cayó ella. Esbelta, rubia, con un sensual vestido al cuerpo que dejaba al descubierto sus hombros y con una cálida sonrisa que traicionaba indicios de un pedito divino. Marcia, una compañera de laburo con la que nos llevamos bárbaro, pero tenía el defecto de estar de novia. Se acercó a mi y charlamos mientras la sostenía tiernamente para que no se abra la cabeza contra la barra. La piba se mecía como si estuviésemos en un barco, y lo curioso es que realmente lo estábamos, así que no la podía culpar. Tras más charla y tonterías dichas al oído, hubo roces y me cayó la ficha: “Men” me dije “Acá se arma goma eh”.
No me esperaba para nada que alguien que veo a menudo en el laburo de repente me estuviese casi coqueteando. Ojo, yo también tenía un pedo importante así que capaz estaba mandando cualquiera, pero para mí era todo muy real. Algo tenía que hacer. Fue. Le como la boca acá mismo.
Ahí noté que Marcia se había ido a la mierda hacía unos 10 o 15 minutos, mientras yo me seguía mamando en la barra. Al rato me la encontré de nuevo. Estaba por decirle una barbaridad y cayó el clásico amigo, esa raza de hijos de puta que cuidan a las amigas borrachas que no quieren ser cuidadas. Cuando ya me estaba por cansar, de repente me doy vuelta y me dicen “Lupi?”
Una amiga de una amiga que no veía hace meses me estaba mirando sorprendida con una sonrisa imposiblemente sincera. ¡Estaba realmente contenta de verme! O re mamada. Da igual. Tras un abrazo, me miró y me dijo “Estás re flaco!”. Es notable que pelotudo que puede llegar a ser uno. En ese momento recuerdo perfectamente bien pensar, consternado, “Uh, ahora que hago, me cojo a esta o me cojo a Marcia?”. Uno se encuentra con una conocida en un lugar público y lo primero que piensa es “Acá se arma goma eh”. Así suelen ser la mayoría de nuestros razonamientos al tomar. Tengo que tomar más.
La piba me hizo el favor de irse a los 10 minutos y hacer muy simple mi decisión. Me iba a tener que clavar a Marcia. La cuestión de si ella quería lo mismo o no, no era importante. Solo tenía que esperar el momento adecuado y no dejarme distraer por nada.
Asi me las tengo que buscar |
“Nos vamos al cabarulo con los yanquis, ellos pagan todo, apurate” detonó Toulouse, otro compañero con el que me crucé. Parado en el medio del casino, podía ver mis dos posibles futuros. A mi izquierda, una caravana seguía a los magnates nórdicos, con promesas de putas y alcohol. A mi derecha, una rubia divina que me tiraba onda y que había quedado en llevarme a casa, aunque había fuertes posibilidades de que me tirase la gran “No da, tengo novio”. Pensé en LIA. En serio, pensé en ustedes, la puta que los parió. Si me iba al cabarulo, seguro que iba a tener mucho para escribir. Al mismo tiempo, quería coquetear con la idea de ponerla. ¿Mi público, o mi satisfacción sexual?
Váyanse a la concha de su madre. Ni siquiera los conozco. Nos subimos al auto de Marcia. Éramos unos cuantos pero yo me bajaba último. Empezó manejando uno de los chicos, pero el plan era sólido: Iba a terminar llevándome ella y al llegar a casa se me iba a tirar encima, seguro. El único problema de mi plan es que dependía en un 100% de ella. Tengo esa falla al planear las cosas.
Hasta el día de hoy me pregunto dos cosas: Quien fue el ebrio imbecil que le pegó un coscorrón en la cabeza a Marcia en el camino, y que le habrá pasado a ella en la infancia para que tal evento la hiciese putear durante todo el viaje como si le hubiesen tocado el culo. Estaba completamente sacada con irracional enojo de borracha, amenazando con hacer bajar a todo el mundo y diciendo cosas que no escuché ni a la salida de un partido de Laferrere. El metamensaje era claro: No iba a coger ni en pedo.
Finalmente quedamos solos en el coche, pero el daño estaba hecho. La tipa estaba completamente fastidiada y solo mi habitual charme podía revertir la situación. Tenía que hacerla reír.
A las pocas cuadras estábamos a las risas. Llegamos a casa. La miré. La saludé. Me bajé. Abrí la puerta. Me paré en el pallier. Me golpeé la frente con la palma de la mano. Me fui a dormir.
Al otro día, en el laburo, le preguntaron a Marcia “Que tal ayer?”, a lo cual ella contestó “Nunca más me mamo así. Tenía tal pedo que cualquier boludo me decía 2 gansadas y me comía ahí mismo”
Lupine Wolf dice:
Me dejó en casa y me fui a dormir
Bicho dice:
Me das asco
Lupine Wolf dice:
Que querías que hiciera?
Bicho dice:
No la invitaste a tomar un café?
Lupine Wolf dice:
Para que?
Bicho dice:
PARA COGER HIJO DE PUTA. LA INVITAS PERO NO HAY CAFÉ EN TU CASA. LA ROPA YA TE LA SACASTE EN EL ASCENSOR.
Lupine Wolf dice:
No daba, teníamos que ir a laburar en unas horas.
Ahí es cuando me bloqueó. En ese instante, en una demostración de sinergia cósmica, en algún lado del mundo un hombre crea en su cabeza la tecnología para escupir a alguien a través de Internet.
Caso 2: Janis
Nivel de somnolencia: Paciente Catatónico con narcolepsia.
Ese jueves estuve toda la mañana haciendo de catalizador entre “Que caramelito te comiste anoche papá eh!” a “Como que no? Ah pero sos un pelotudo!”. No me creían que pudiese fallar así, pero al mismo tiempo, no saben con quien tratan. Yo estaba tranquilo sin embargo: el finde me esperaba algo como mínimo, diferente. Janis, una conocida por MSN a la cual nunca había visto más que en fotos y que vive en Mar del Plata, se venía de visita a Capital. Y una de las cosas que quería conocer, es al “famoso lupine de LIA”. Listo. Me dije “Acá se arma goma eh”
Arreglamos un programa que no podía fallar. Ella y una amiga iban a venir para casa a quemar. Solo tenía que conseguir un amigo y la sustancia a quemar. Si, estoy hablando del fasssso. Acabo de perder un porcentaje de mis lectores, y gané el triple. Esto es puro marketín man.
Ya que estoy hablando tan abiertamente, quiero aclarar una duda común: No, no escribo bajo la influencia. La serie de LIA la suelo animar borracho, pero eso es todo. Una vez me fumé un cabo cañaveral y traté de escribir algo. Al otro día tenía un Nuevo documento de Word en el escritorio, cuyo contenido era una sola línea: “ESTOY RELOCOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO”. Llenaba 3 páginas. Ahora rara vez me fumo un faisán, pero cuando lo hago suele ser memorable.
Aún así, no soy muy ducho en el ciclo comercial del faso, así que le dije a un amigo “Che, tengo que pegar para este sábado porque vienen unas pibas a casa y se tiene que armar goma”. Me refirió a un contacto, el cual me hizo su oferta. Al no tener idea, le pregunté “Es buena?”, pregunta tan pelotuda como “Que tal sale la entraña?” en una parrilla. El tipo me responde
– “Tiene una derecha importantísima, y le gusta jugar por toda el área”.
Le pregunté a mi amigo que carajo significa eso. Me contestó:
– “Ni idea. Yo cuando le pregunté la semana pasada por otra, me dijo que tenía un mediocampo muy sólido y que tiraba unos centros de la hostia”
– “Y que hiciste?”
– “Le compré 25 gramos”
Un animal del palo |
Había conseguido la putza. Ese sábado a la tarde me di cuenta que no tenía sedas y pasé por un kiosco. Le dije al señor: -“Dame una coca de 2 litros, 3 paquetes grandes de chizitos, estos cabshas… 9 pesos en maní japonés… ah, y… papel de fumar”. Si, solo faltaba que le dijese “ah, y agregame un adoquín y 3 finitos”. No manejo el subterfugio.
Solo quedaba que alguien me haga la gamba. No me costó mucho convencer a mi amigo Severino y la noche arrancó con 4 desconocidos cuyo único vínculo era que una de las chicas conocía a uno de los pibes por una página boba. ¿Como podía ingeniármeles para arruinarlo?
Las horas pasaron. A eso de las 3 de la matina, la amiga de Janis, Vanina, se había quedado dormida en el sofá, Severino estaba tratando de entender el equipo de música y yo estaba muy acaramelado con mi amiga. Entiendan por acaramelado nada muy zarpado: le acariciaba la cara y los brazos con la punta de mis dedos, mientras la miraba con una sonrisa lujuriosa y prácticamente le hacía el amor con los ojos. Mis dedos, supersensitivos, recorrían cada centímetro con absoluta paciencia y sin apuro. No tenían problema en detenerse en cada YPF del camino a tomarse un cafecito y capaz pedirse un churro. Ah como, no hay churros? Así está el país. Bueno, dame dos de manteca. Y al mojar la medialuna en el capuchino de máquina, mis dedos disfrutaban el momento, total, la ruta está vacía, y mirá el sol que hace. Y si, este es un verdadero día peronista!
Mientras tanto, Janis se preguntaba por que me quedaba 10 minutos rozándole los brazos con la mirada perdida y balbuceando sobre El General. Ahí tomé las riendas del asunto y le tiré la boca. Ella cerró los ojos, entreabrió sus labios, y luego se tiró para atrás diciendo “no, no, no da, vos sabés que tengo novio”. Si habré escuchado esa frase. Lo jodido de esto, los que lo hayan vivido estarán de acuerdo, es que uno sabe inconscientemente que está en juego. La tipa no nos dice “Que hacés pelotudo, te confundiste, me voy a mi casa”. La tipa está ahí todavía. Vimos como cerró los ojitos. No jodamos, tiene ganas. Su idioma corporal dice “A este cañoncito le falta su relleno”. Sabemos, repito, que solo nuestra diplomacia va a lograr que la noche termine como uno quisiera. Entonces agarro y le digo: “Bueno, perdón”. Porque yo, chicos, soy un pelotudo.
Una hora y media más tarde, había pasado por besarle los brazos cual Pepe LePew, decirle mil barbaridades e incluso morderle el cuello y escucharla gemir. No estoy jodiendo. Y que me dice? “No lupine, en serio, no da, mi novio” PERO LA CONCHA DE TU MADRE. Trato de razonar. “Janis, a tu novio YA LO ESTÁS CAGANDO. Que diferencia hay entre lo que estoy haciendo y que me des un puto beso?” a lo cual ella contestaba “Te juro que para mi, tiene lógica”. Bueh, listo. Te vas a la puta que te parió. Ahora por trola mala, no te veo nunca más. Al rato se despertó Vanina (Severino se había ido antes, habiendo pensado que me estaba haciendo un favor) y ambas chicas se fueron. A los 5 minutos, con los sentidos todavía elevados y más caliente que tapa de olla, hice justicia por mano propia y me dormí como un bebé, no sin antes bajonearme una prepizza. Nunca más iba a caer en una estupidez así.
Vani dice:
dice janis q te quiere cojer ya
Lupine Wolf dice:
Se acordó tarde!
Vani dice:
noo se estuvo acordando tooodo el dia
Vani dice:
need sex! (jani)
Vani dice:
che postaaaaa medio como qqqqqq no se
Vani dice:
pq no quiero hacernada
Vani dice:
perooooooo no se
Vani dice:
te paso con Vani
Lupine Wolf dice:
Bueno…
Vani dice:
en serio, jani esta pensando en vos pendejo,
Lupine Wolf dice:
Soy mayor que ambas.
Vani dice:
pendejo pero con cariño nene
Vani dice:
se quedo mal, esta hace muchos días sin coger , ja
Lupine Wolf dice:
Yo no hice nada!
Vani dice:
esoo pasoooo NO HICISTE NADA
Vani dice:
yo que vos la violaba, y estaba tranca toda la tarde
¿Que, se piensan que tener a la amiga de la piba gastándome es suficiente? ¡Claramente no conocen mis límites!
Al otro día Janis se volvía tipo 4 de la matina a Mardel, así que le ofrecí volver a casa si no tenía nada que hacer. Me contestó que no daba seguir con “la tortura”, que solo vendría para boludear un rato y quemar la tuca que quedaba. Tampoco tenía un mango para venir, así que le dije que no sea pelotuda, que el remis se lo pagaba yo. 20 mangos. Si, ustedes ya saben a donde va todo esto porque conocen la página. En cuanto a mi, no dicen que la esperanza es lo último que se pierde al pedo.
Por un rato todo fue muy común. Nos sentamos en el sofá a hablar de música y nuestras cosas, pasando la tuca de lado a otro, haciendo comentarios escuetos y riéndonos de gansadas. Al rato ya me había desfigurado con esa sonrisa que tantas han descrito como “dejá de poner esa cara que me asustás”. Le tomaba la mano, le besaba los brazos, me acercaba a la cara, en fin, palpaba el camino, literalmente. Y nuevamente, no importa lo que hiciese, tras cada intento de besarle la boca venía algún comentario sobre como no daba. “Janis, tengo la cara enterrada en tu no-existente escote, ergo, estoy nadando en tetas. COMO ES ESTO –NO- CAGAR A TU NOVIO?” pregunté con absoluta sinceridad. “Tenés razón” dijo ella, y me alejó. Soy un maestro del negociar. Mientras tanto, el novio de la mina estaba abriendo un negocio de exportación de marfil.
Los cuernos suelen ser de marfil. ¿Ahora si? Bien.
Para el final de la noche la mina me había dicho la frase del principio del update y para las 2 de la mañana, de alguna manera, Janis ya se había subido a un tacho pre-pago por mi. No se bien como pasó, pero el saldo es que gasté 40 mangos para NO cogerme a una piba que estaba visiblemente excitada con la idea de darnos masa. ¡Solo acá!
Caso Tercero: Potpourri/Medley
Nivel de somnolencia: Crió génesis, despiértenme en el 2020 a ver que onda.
Se arma. |
A esta altura no es raro que uno se pregunte: “¿Por que a mi?”. Ok, es cierto que en el pasado he serruchado más de un piso, pero en mi defensa, no conocía a esos novios, así que ¿por que habría de importarme? ¿Tendría que haberlo evitado para que en algún balance cósmico, no me pase a mí? Tarde muchachos, dice el dicho que de la muerte y los cuernos no se salva nadie, y el carnet de pelotudo yo lo saqué hace mucho tiempo. Y si esa ex era flor de puta, la que vino después me lo hizo plastificar. Es más, hace poco entró un pibe nuevo a mi laburo. Nuestro dialogo fue el siguiente:
Lupine: “Kc shaván. ¿Tu nombre?”
Luís: “Luís. ¿Vos?”
Lupine: “Lupine. ¿Sabés que me sonás conocido? ¿Te tengo visto de algún lado, puede ser?”
Luís: “Y… no se.”
Lupine: “¿Donde laburabas antes?”
Luís: “En un callcenter acá a dos cuadras”
Lupine: “Ah, ¡entonces SEGURO que te cogiste a mi ex!”
De más está decir que yo se como romper el hielo. En cuanto a mi pregunta parece que no fue el caso, pero queda ilustrado que se muy bien sobre engaños. A esta altura me sumergiría en la misoginia si no fuese por mi última ex. O es una santa, o al menos tuvo la dignidad y cortesía suficientes para que yo no me llegue a enterar de nada. Alzo mi copa a una gran mujer. Si, estoy tomando. ¿Como se piensan que voy 8 páginas?
Después de todo lo que había pasado, mi reserva de libido se agotaba con rapidez. ¿Para que seguir intentando? Sun Tzu, maestro oriental de la guerra, decía “Las oportunidades se multiplican a medida que son tomadas”. Bicho ya se había vuelto a Londres y por lo tanto tenía el finde libre. Y que finde se venía:
Viernes: Fiesta de despedida de Marcia (se iba de viaje y quizás nunca más la iba a ver) Sábado a la tarde: Tomar el te con una vieja amiga que cortó con el idiota del novio recientemente. Prometió “cocinar una torta e ir a tu casa a ver una peli”. Sábado a la noche: Recibir a mi amigo el Sabandija en casa. El Sabandija es alguien al cual una vez lo fuimos a buscar a la casa para ir a bailar y después de 15 minutos tocando bocina y el timbre, salió en calzones y declaró “Eeeeh, loco, estaba haciendo un ortega!”, mientras la novia saludaba por detrás. Bueno, el Sabandija Ortega iba a venir a casa con una amiga mutua, no sin antes avisarle “te vamos a enfiestar”. La tipa aceptó ir.
“Si este finde no cojo” pensé, “me declaro asexual”. Disculpen por cagarles el final con el título del update.
El viernes salí del laburo a las 20 horas y me fui al bar. A las 21 ya estaba mamado. A las 22 no entendía nada. A las 23 Marcia me dijo algo IMPORTANTÍSIMO sobre nosotros, y como estaba borracho, no tengo idea que me dijo, pero quedaba claro que no iba a pasar nada. Nunca estuve tan borracho como para no entender que me decían, pero sea lo que fuere, teníamos la ropa puesta así que declaré derrota y me fui a otro lado de la pista.
Todavía había una esperanza: En el baile había dos pibas igual de borrachas que yo, pero de treintaycortos. Lo bueno de ese rango de edad es que no tenés que soportar las pelotudeces de una pendeja de 20 en un boliche. Si una mina de 30 te quiere coger, te va a coger. Si no quiere, ni te la vas a comer, y te vas a enterar a los 10 minutos. Por supuesto que cada mujer es diferente e histéricas hay de todas las edades, pero en esta ocasión, tras una mirada cómplice a un amigo para que me haga la segunda, me dije “acá… ¡acá se arma goma eh!”
Me encantaría saber de que charlábamos. Algo me acuerdo sin embargo: Cuando el pelotudo de mi amigo le dijo a una “Ah, mira vos, ¡MI NOVIA también es de descendencia alemana!”. 30 segundos más tarde las chicas se fueron. Todavía no eran las 12 de la noche. “Pero escuchame una cosa hijo de puta”, le dije a mi amigo Gabriel para abrir el dialogo, “tu novia vive EN OTRO PAÍS, ¿para que carajo la mencionas, te das cuenta que se fueron por eso?”. “Que macana”, me contestó. Listo. Me dije “Voy a mear y cuando vuelvo rompo todo”
En efecto, fui a mear y a la vuelta estaba bajando la escalera y de repente me robaron los escalones. Me la puse contra la pared y/o el piso, la verdad que no se, pero había más de una superficie involucrada, y estaban todas enojadas conmigo. Un tipo se me quedó mirando un rato largo, sin ayudarme, como si estuviese viendo el video del 9/11 en cámara lenta. Agonizando, me paré, le dije a mi amigo que nos íbamos y salimos del bar.
Increíblemente no me rompí nada. Una vez afuera, tropecé con una baldosa floja y todo lo que no había sido golpeado antes recibió su ración de dolor. Me tomé un taxi y me fui a dormir a las 12:30 de la noche a las puteadas y con moretones.
El sábado me encontró todo el día esperando a una mina que jamás fue a mi casa. Una semana más tarde me contactó y me dijo que no vino porque “freakeo”. Le pedí que me explicase en términos humanos y no entendí mucho pero parece que hay médicos involucrados. Está demente. ¡Tiene todo el potencial de ser mi próxima novia! Pero a mi nadie me clava así que al demonio. Igual a la noche tenía fiesta.
Nuestra amiga Vanesa cayó tipo 12. Ella se sirvió un vinito y yo me preparé un fernet. Nos pusimos a ver Duro de Matar 4 porque yo no tengo idea como precalentar a alguien así que ni trato. Sabandija cayó tipo 2 de la mañana y ya estaba puesto. Lo primero que hizo al entrar es mirarnos a los dos y decir “Acá se arma goma eh!”. Acto seguido, murmuró “Pero Vane, que linda que estaaaas” y le pegó un abrazo que hubiese hecho sonrojar a Bicho.
Pasaron las horas, los vasos se fueron vaciando y nos trasladamos al sofá. Allí, Vane se encontraba entre Sabandija y yo, visiblemente incómoda por las observaciones de “Vane, la ropa, la tenés puesta todavía”. Yo, no les voy a mentir, estaba un poco fastidiado. Hace mucho tiempo Bicho describió su intento de armar una partuza de a 3 y como se la cagué. Ahora estaba en una situación similar pero peor, porque ahora estaba conscientemente saboteando la orgía.
Permítanme explicarme: Una joda de a tres debería ser entre personas que están muy calientes y se tienen mucha confianza. Vane NUNCA tuvo la intención de enfiestarse, pensando siempre que se trataba de un chascarrillo entre amigos pajeros. Yo lo podía ver y lo supe desde el instante que entró a casa. Sabandija, por otro lado, estaba completamente seguro que el problema era yo. Era inútil, e incómodo, decir “Man, date cuenta que la mina no quiere”. Y lo peor es que ella estaba bastante mamada también, así que en vez de simplemente agarrar sus cosas e irse, se cagaba de risa y no se daba por aludida de que si la seguíamos frotando así, le iba a salir un genio por la oreja.
Hasta que se paró. Me dije “Listo, ahora capaz Saba se da cuenta que no va a pasar nada”. Traté de que nos pongamos a charlar de cualquier cosa. “Que onda la revolución industrial?” pregunté. Vanesa, quien se había ido a buscar algo a su cartera, volvió con un espejito. Lo abrió, tomó una cápsula del bolsillo y vertió su contenido sobre el espejo, mientras sacaba una tarjeta de crédito. Nos miramos con Sabandija. Yo estaba horrorizado. Él sonrió y fantasmagóricamente susurró “gomaaaaa…”.
Lo que al principio pensé que era merca, porque no tengo idea de estas cosas, parece que era algún otro tipo de anfetamina. Tampoco se que es eso, pero me quedé más tranquilo con la explicación de que era como 50% cafeina, 20% aspirina, 20% otra cosa y 10% aún otra, pero nada muy pesado. Llámenme exagerado, pero no tenía ganas de terminar la noche inyectándole adrenalina en el pecho a una piba para volverla a la vida. Si pasa en las películas debe ser re común eso.
Sabandija estaba encantado. Ahora la piba estaba pum para arriba, cagada de risa ante los ataques verbales de mi amigo, y hasta había accedido a sacarse el corpiño y ponerse boca abajo mientras él le propinaba unos masajes en la espalda porque “Te noto muy contracturada”. Yo me había movido a un metro y observaba la situación desde un sillón. Eventualmente iba a pasar una de dos: O Sabandija se iba a terminar propasando, o ella se iba a terminar calentando para mal. Quizás las dos al mismo tiempo. Y ahí fue cuando Sabandija le dijo “Miralo a este hijo de puta ahí en el sillón, hacele algo porque no lo calentamos más”. Vanesa se rió. Y me mostró las tetas.
Será que soy un tipo tradicional. Me calientan las cosas simples: pido una pizza, me la trae flor de minón, me dice “Disculpa, no tengo cambio, pero… tengo esto” y ahí nomás se saca el uniforme. En fin, todo lo que aprendí en las pornos de los ochentas. El cuadro que tenía en frente mío estaba muy lejos de tal cosa. Tener una piba drogada mostrándome las tetas con un neandertal encima que me dice “REACCIONÁ HIJO DE PUTA”, no está en el top ten de cosas que más me calientan. Maby Wells está en el puesto 6, a propósito.
El daño estaba hecho. De alguna manera el alcohol, el fastidio y la semana me habían transformado en un agujero negro de libido. Una aldea entera de conejos podía extinguirse al compartir el mismo cuarto conmigo. Fue así que al rato Vanesa se fue a mi cuarto a dormir, porque no entendía nada para esa altura, y yo me quedé en el sofá con el Sabandija Ortega, mientras el se fumaba un pucho y yo me terminaba el fernet. Le traté de explicar.
-“Man… Vanesa no quería coger.”
-“Tenés razón! Me olvidé que si hay alguien que sabe de minas sos vos”
-“Esta vez, creeme, tengo razón.”
Y la tenía. Vane se quedó a dormir en casa y al otro día, sobria, me dijo que no iba a pasar nada, que Sabandija estaba insoportable y que no sabía como decírselo. Bueno, podía haber intentado con “No”, pero no soy una mina así que no se. Personalmente, si fuese una mina, tendría tetas. Nada, eso.
Dale, soy pelotudo ahora. |
Vane se fue a la tarde porque le expliqué que tenía cosas que hacer, pero ella ofreció quedarse. Le dije que no, no sabía a que hora iba a volver a casa y al otro día yo laburaba. Además, en un momento me acosté a reflexionar en la hamaca paraguaya que tengo colgada en el balcón. “Quizás es que estoy haciendo algo mal, o quizás es que simplemente tengo mala leche”. Contestándome, la reja donde estaba atada la hamaca se rompió, tirándome de coxis al suelo y no contento con haber caido de ojete al piso, la reja se mantuvo en pie por unos segundos y luego se estrelló sobre mi cabeza. Al momento de escribir esto, todavía tengo el corte, el dolor en el culo y los moretones del viernes.
Esa noche, después de pasar por la guardia, volví a casa y tenía al Ortega en MSN.
Saba – No es violación si antes gritas “Sorpresa!” dice:
y? cuantos le echaste?
Lupine Wolf dice:
A quien?
Saba – No es violación si antes gritas “Sorpresa!” dice:
A Vanesa pelotudo.
Lupine Wolf dice:
Ninguno, te dije que no quería saber nada la tipa
Saba – No es violación si antes gritas “Sorpresa!” dice:
No quería saber nada CONMIGO O CON LOS DOS. Te la dejé EN TETAS EN TU CAMA.
Lupine Wolf dice:
Algún día puede que recupere mi libido. Hasta entonces, si tenés ganas de que pase algo conmigo, lo máximo que te puedo ofrecer es traspaso de proteínas por osmosis, y solo si morfé bien. Conozco mis limitaciones.
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